6 jul 2011

Quimera IV: DE LA GENÉTICA Y EL ODIO


Con esta quimera finalizaré el ciclo dedicado al ser humano como animal, para adentrarme en otros campos. En esta último escrito tomaré un enfoque algo diferente -entraré en contacto con el mundo real por la vía directa; no sólo exponiendo mis teorías, sino analizando un hecho del mundo real.

El hecho a tratar es el racismo, y cómo este pretende sustentarse en premisas biológicas, la genética de poblaciones, la sociobiología o el Darwinismo -blasfemando con ello contra ese genio que fue Darwin, y contra todo sentido común de la biología y el Humanismo. Es un insulto el hecho de que por culpa de un montón de "personas" que no merecen llevar tal nombre -y que están irrevocablemente condenados a la extinción en su condición de pensadores-, ser fiel a la biología y al poder de la genética derive inevitablemente en secundar posturas racistas y/o supremacistas. ¡Y ha llegado la hora de dejar de ser tan cobardemente respetuosos ante tal basura ideológica!



No me andaré con melindres. Esta quimera se sustenta bajo las dos siguientes premisas; verdades incómodas que harán berrear a más de uno, sea cual sea su afiliación:


1-      Las diferencias genéticas entre grupos humanos existen. Y no son irrelevantes a la hora de determinar el potencial genético de uno. Podría decirse que son la munición con la que nacemos.

2-      Todo dato o estudio relativo a estas diferencias ha sido manipulado con el fin de “esconder una verdad incómoda”, o bien, tristemente de forma mucho más frecuente, tratar de justificar el status quo de las clases dominantes (raza caucásica, civilización occidental, capitalismo…) alegando que los otros grupos humanos son inferiores, más tontos o más propensos a la violencia, e incitar de paso al odio, el etnocentrismo y el supremacismo racial. "Todos lechosos y en su sitio. Obviamente tenemos superioridad natural sobre el resto. ¡Policía! ¡Este extranjero me quiere arrebatar mi pureza de sangre!"

Lo siento por aquellos ingenuos emperrados en decir que todos somos iguales, así como por toda forma de abordar el asunto que sea “políticamente correcta”. Aunque los secundo por completo en su objetivo, discrepo por completo en su método. Si queremos acabar con este tabú que cuelga del cuello de nuestra sociedad –y muchas veces de nuestra conciencia- acerca de las diferencias biológicas entre unos y otros, hacer oídos sordos y cerrar los ojos no es la solución. La solución es ser capaces de proclamar con la cabeza alta: “¡Sí, somos diferentes! ¡Y esas diferencias son una prueba más, quizá la más notoria, del potencial de nuestra especie sobre este planeta!”
Asimismo podría decir que lo siento por los racistas y supremacistas, pero estaría mintiendo. No lo siento en absoluto por ellos –pretendo destruir sus argumentos y dejar al descubierto sus mentiras acerca del tema con esta quimera. Dejar bien claro, de una vez para siempre, que las diferencias biológicas entre grupos humanos pueden y deben ser utilizadas para el progreso de la especie. A todos los niveles. ¡Los genes son la munición, pero la modelación ambiental es el proceso de fabricación del arma que nos permitirá aprovechar esa munición!


Pero ¿de dónde viene esta tradición de hacer oídos sordos al tema del racismo, creando un tabú en la sociedad que lo único que hace es fomentarlo? Para entenderlo, debemos remontarnos a 1945. Un poco de Historia…

           (Que grande que era… Charlot partía la pana ^D^)

El mundo había quedado traumatizado tras la II Guerra Mundial y los gobiernos de todas las naciones del globo trataron de impedir que algo así volviera a repetirse. Para ello, era preciso detectar y extirpar cualquier vestigio, cualquier cosa que pudiese sustentar un resurgimiento de los conceptos e ideas que construyeron el régimen ideológico y político de Hitler y los suyos.
Las teorías raciales a la usanza nazi eran uno de estos sustentos, así como la eugenesia y similares. El horror recién vivido y el afán de enmienda del mundo (por desgracia pasajero) hicieron que dichas teorías fueran inmediatamente demonizadas. Y con la teoría, el concepto de raza y todo aquello que implicase diferenciación biológica entre unos grupos humanos y otros.
Esto, unido a la propaganda, provocó que la gente no se molestase en buscar una explicación alternativa. Todo lo que tuviera relación con la catástrofe era malo, y no debía ser removido bajo ninguna circunstancia.


Pero las malas hierbas nunca mueren. Aunque el racismo había perdido la batalla en Europa, en E.E.U.U. seguía con fuerzas. Esto propició todo tipo de argumentos, falacias y estudios científicos tergiversados que aún hoy marean la perdiz en debates de este tipo. Véanse si no los “estudios” de la Heritage Foundation estadounidense, o el Council of Conservative Citizens –destinados a hacernos creer que los negros son más propensos presentar un “gen de la maldad” (he aquí una falacia: aunque el comportamiento está ligado a la genética todavía no se ha descubierto de forma precisa hasta donde llega ese determinismo, y ni mucho menos si tener tal gen o tal combinación genética te hace más propenso a según qué conductas), que ser mestizo te hace más propenso a sufrir estrés y con ello a delinquir (claaaro… como E.E.U.U. es un lugar donde la diversidad cultural es tan bien vista, por no hablar del ritmo de vida que se lleva ahí… otro ejemplo de cómo se pretende achacar a la genética lo que “es culpa de” la cultura.)

     (Simple y llanamente, cultura y supremacía occidentales)

Aclaremos las cosas de una vez.

A los igualitaristas radicales: el ambiente y la cultura no sirven de nada sin unos genes sobre los que actuar. Cuando os admiráis del poder del ambiente al ver como este transforma a las personas, en última instancia admiráis a los genes que han sido transformados. Lo biológico determina lo cultural, ¿cómo si no hubieran prosperado las distintas culturas del planeta? ¿Por qué los mongólicos tienen fama de inteligentes, y los negros de superatletas? La creatividad y el altruismo son entre un 45 y 75% potenciados por la genética. Simple biología: el altruismo está basado en la esperanza de recibir una retribución en el futuro, o como mínimo en quedar en paz con uno mismo. Luego, en última instancia ayudamos por interés personal. Por otra parte, la creatividad está ligada a la inteligencia… la cual está genéticamente determinada hasta en un 80%. Las conductas criminales no son creadas por el ambiente: es el criminal el que se adapta al entorno. Aunque no exista el gen de la maldad, queda patente el poder genético…


(Lo que comenzó Freud con el psicoanálisis termina con Dawkins y su teoría: el concepto de libertad humana que tenemos es, cuanto menos, deficiente. Todo está en los genes; somos marionetas de los genes. Pelín intransigente, es la única lástima...)


A los racistas y supremacistas: el mero hecho de que seamos capaces de cruzarnos con cualquier otra persona del globo demuestra que los humanos no estamos divididos por razas. ¿Pueden los bulldogs cruzarse con los dálmatas? ¿Los alevines con los tiburones? Por otro lado, el progreso social no es llevado a cabo por colectivos, sino por personas. Son las cualidades y potencialidades individuales las que definen a una persona como valiosa o no. Y las diferencias genéticas entre poblaciones no son más notables que aquellas existentes entre la misma población. Si todos fuéramos tan iguales como pretendéis, no existirían este tipo de discrepancias. Vosotros no existiríais. O nosotros. En cualquier caso, ¿dónde queda el homogeneísmo racial?
Pretendéis estandarizar a todos según su pertenencia a según qué grupo. ¿Un superdotado lo es por ser blanco, o por la formación que recibe que le permite desarrollar sus cualidades? ¿Qué influye más a una persona a la hora de recibir tratamiento médico: su genotipo “racial” o su historial clínico familiar, así como trastornos propios? Yao Ming es chino, y es un superatleta, no un cerebrito. Obama es negro (mulato para ser exactos), y no ha llegado a la Casa Blanca de rebote, independientemente de su forma de hacer política.
Decís que la mezcla de genes desvirtúa dichos genes. Los organismos vivos tienden a la adaptación, no a la mayor eficiencia posible de esta. Explico la paradoja: la pluralidad, aunque sacrifica eficiencia, ofrece una variedad infinitamente superior de genes que puedan adaptarse y sobrevivir. La mezcla genética propicia la aparición de nuevas variedades, y esto es bueno.
Decís que en la medicina, se producen trastornos genotípicos por la mezcla de halogrupos (formas que puede adoptar un gen y que se presentan más proclivemente en ciertos grupos humanos) cuya solución se deriva en el rechazo al mestizaje. Los halogrupos no son 100% específicos: pueden cruzarse unos con otros en la mayoría de los casos. Y difícilmente se encontrará un halogrupo que solo se acepte a sí mismo (a semejanza del grupo 0 en la sangre). Creando nuevos halogrupos, estamos contribuyendo a una mayor variedad en la medicina a la hora de seleccionar recursos tipo órganos para ayudar a las personas.
La endogamia se traduce por desgaste de la especie. Véase si no como variaron las poblaciones durante la Edad Media, cuando empezaron a entrar en contacto unas con otras, a lo largo y ancho del globo. Véanse a nuestros Borbones y su hemofilia.

Ignoráis por completo el poder del medio ambiente. Como dije antes, un ambiente no sirve de nada sin unos genes a los que modelar. ¿Y unos genes sin modelar, sirven de algo? ¿El empollón o empollona de la clase, lo hubiera sido sin un entorno que hubiera puesto a su disposición los medios para convertirse en lo que es hoy? ¿Qué diferencia a un empollón piel roja de otro tipo de empollón?
Aunque podamos controlar en mayor o menor medida el ambiente, no podemos controlar la variedad genética de forma directa. Pretender hacer lo contrario es matar a nuestra especie, como antes he demostrado. Hay una diferencia entre dictar el rumbo de los genes alterando su entorno y alterar dicho rumbo de forma directa, propiciando o evitando cruzamientos directos. La primera vía es la verdadera eugenesia.

Charles Darwin decía que es absurdo comparar a unas especies con otras en términos de superioridad o inferioridad. Las razas de animales son una forma menor de especismo. El racismo es esencialmente, ir contra este postulado de Darwin.

“El fratricidio directo entre la especie es, desde luego, la mejor forma de garantizar la supervivencia de la especie”…obvio.


(Stephen Jay Gould demuestra, entre otras muchas cosas, como el concepto de raza y el determinismo genético que esta conlleva (no confundir con el determinismo genético "en general") no puede aplicarse a los seres humanos. Aunque su tónica es bastante distinta a la mía y la de Dawkins, no debe dejar de ser leído. Pelín politizado, es la única lástima...)

Y no intentéis refutarme con mi teoría de la “sociología asesina” de mi tercera quimera (sí, la que decía que cuanto más amplia es la sociedad, más tendemos a destruirnos) porque no os saldrá la jugada. Esta teoría se basa en la cuantitatividad. El racismo se basa en la cualitatividad. Atribuir el fracaso de la multiculturalidad o la raíz de vuestros actos al hecho de que somos muchos en el planeta, es otra sutil forma de evadir vuestra responsabilidad. La multiculturalidad fracasó por simple estupidez de la gente, así como por vuestra incansable labor en hacer que fracasara. La raíz de vuestros actos es simple odio. Un patrón genético deficiente, que está irrevocablemente destinado a desaparecer. Si no por la vía directa, el resto de la especie humana propiciará su desaparición.

Y para acabar… ¿hasta qué punto son inteligentes los negros?

PRODUCTO
INVENTOR
FECHA
Aparato de aire acondicionado
Frederick M. Jones
Julio 12, 1949
Almanaque
Benjamin Banneker
Aprox. 1791
Interruptor automático
Granville T. Woods
Enero 1, 1839
Carrete automático para pesca
G. Cook
Mayo 30, 1899
Caja de cambios automática
Richard Spikes
Febrero 28, 1932
Carrito para bebés
W.H. Richardson
Junio 18, 1899        
Marco de bicicleta
L.R. Johnson
Octubre 10, 1899
Cortador de galletas
A.P. Ashbourne
Noviembre 30, 1875
Bolsa para plasma sanguíneo
Charles Drew
Aprox. 1945
Teléfono móvil (celular)
Henry T. Sampson
Julio 6, 1971
Retrete
T. Elkins
Enero 3, 1897
Secadora de ropa
G. T. Sampson
Junio 6, 1862
Vara para cortina
S. R. Scratton         
Noviembre 30, 1889
Soporte para vara de cortina
William S. Grant       
Agosto 4, 1896
Pomo de puerta
O. Dorsey              
Diciembre 10, 1878
Cuña para puertas
O. Dorsey              
Diciembre 10, 1878
Recogedor de basura
Lawrence P. Ray
Agosto 3, 1897
Batidora de huevos
Willie Johnson
Febrero 5, 1884
Bombilla (eléctrica)
Lewis Latimer
Marzo 21, 1882
Ascensor
Alexander Miles
Octubre 11, 1867
Protector de ojos
P. Johnson
Noviembre 2, 1880
Escalera de incendios
J. W. Winters
Mayo 7, 1878
Extintor de incendios
T. Marshall
Octubre 26, 1872
Cama plegable
L. C. Bailey
Julio 18, 1899
Silla plegable
Brody & Surgwar
Junio 11, 1889
Pluma fuente
W. B. Purvis
Enero 7, 1890
Ruedas para muebles
O. A. Fisher
1878
Máscara de gas
Garrett Morgan
Octubre 13, 1914
“Tee” para golf
T. Grant
Diciembre 12, 1899
Guitarra
Robert F. Flemming, Jr.
Marzo 3, 1886
Cepillo para el cabello
Lydia O. Newman
Noviembre 15, 18--
Sello manual
Walter B. Purvis
Febrero 27 1883
Herradura
J. Ricks
Marzo 30, 1885
Cuchara para helado
A. L. Cralle
Febrero 2, 1897
Mejoramiento en la produc. de azúcar
Norbet Rillieux
Diciembre 10, 1846
Dispensador de insecticida
A. C. Richard
Febrero 28, 1899
Mesa de planchar
Sarah Boone
Diciembre 30, 1887
Cadena para llaveros
F. J. Loudin
Enero 9, 1894
Farol
Michael C. Harvey
Agosto 19, 1884
Cortadora de césped
L. A. Burr
Mayo 19, 1889
Aspersor de césped
J. W. Smith
Mayo 4, 1897
Exprimidor
J. Thomas White
Diciembre 8, 1893
Cerradura
W. A. Martin
Julio 23, 18--
Recipiente lubricador
Ellijah McCoy
Noviembre 15, 1895
Fiambrera
James Robinson
1887
Buzón
Paul L. Downing
Octubre 27, 1891
Trapeador
Thomas W. Stewart
Junio 11, 1893
Motor (básico)
Frederick M. Jones
Junio 27, 1939
Mantequilla de cacahuete
George Washington Carver
1896
Sacapuntas
J. L. Love
Noviembre 23, 1897
Transmisor de teléfono
Granville T. Woods
Diciembre 2, 1884
Pincho de tocadiscos
Joseph Hunger Dickenson
Enero 8, 1819
Refrigerador
J. Standard
Junio 14, 1891
Silla de montar
W. D. Davis
Octubre 6, 1895
Uslero (Rodillo de cocina)
John W. Reed
1864
Dispensador de champú
C. O. Bailiff
Octubre 11, 1898
Bujía
Edmond Berger
Febrero 2, 1839
Estetoscopio
Imhotep
Antiguo Egipto
Cocina
T. A. Carrington
Julio 25, 1876
Peine para alaciar el cabello
Madam C. J. Walker
Aprox. 1905
Barredora de calles
Charles B. Brooks
Marzo 17, 1890
Control de termostato
Frederick M. Jones
Febrero 23, 1960
Semáforo
Garrett Morgan
Noviembre 20, 1923
Triciclo
M. A. Cherry
Mayo 6, 1886
Máquina de escribir
Burridge & Marshman
Abril 7, 1885

ADIVINAD EL COLOR DE PIEL DE LOS INVENTORES
(Perdón por el hecho de que la tabla se salga del marco; el editor del blogger -o más probablemente mi propia pericia- no da para más. =_=)



¡El machismo, el odio, el egoísmo radical, el gusto por la guerra y la sed de violencia son puramente humanos, y los llevamos ocultos en los genes, listos para salir! ¡Pero la bondad, el altruismo, el raciocinio, el afán de conocimiento y la sed de paz son igual de humanos, y están en la misma condición que todo lo anterior!
¡Creemos un ambiente donde podamos moldearnos de la mejor forma posible! ¡¿No es esa la base del poder de nuestra especie?! ¡Hagamos honor a la Naturaleza!

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