1 jul 2011

Quimera III: BIOLOGÍA

(Antes de empezar, pido disculpas por esta semana de inactividad. Entre viajes, videojuegos, lectura y la simple pereza he descuidado un tanto el blog. Procuraré llevarlo más al día a partir de ahora.
Asimismo, prometo hacer como mínimo dos publicaciones en los próximos 5 días.)

                                     ...


Utopías artificiales. Rayos de neón. Mundos paralelos de basura y desperdicios hasta donde alcanza la vista. Ordenadores, chips, microondas, transmisores y satélites. El Rey Máquina se alza ante su imperio de metal y plástico, creado a su imagen y semejanza.
El calor hace pensar que es el Infierno en la Tierra. Cae ácido del cielo. Agua a cambio de veneno. El hedor de la muerte impregna el aire, en forma de reacciones químicas. Las moscas se impacientan. Las especies aniquiladas por el ser humano podrían crear un ejército que haría huir a la Corte Celestial de Dios, si Él y sus ángeles existieran. La sangre de la Tierra no es un precio lo suficientemente alto que el dinero no pueda pagar. El valor del dinero, mejor dicho.



Y sin embargo, el Segador que ha construido el panorama antes descrito está hecho de la misma materia que aquello a lo que siega. Su química es la misma que la del Universo que le rodea. Las células del verdugo están compuestas por el mismo material que las células de los condenados. El funcionamiento de dichas células es una copia adaptada de procesos muy anteriores a él, en especies mucho más simples biológicamente. Su genoma es más parecido al de una rata o un gusano que al de un perro o un caballo. El impulso que le lleva a destruir su mundo proviene del mismo impulso que mueve a los monos a buscar enemigos de su manada para atacarlos. El instinto de protección de mamá elefante para con su pequeñín es el abuelo del amor maternal que mueve a la madre del Segador a decir: “Bienvenido al mundo, mi vida.”

Tras hartarme a proclamar el hecho de que somos un elemento más del Reino Animal, no debería pasar por alto este tipo de reflexiones. Independientemente de nuestra dimensión mental y emocional (y del caos en el que nos hemos zambullido “gracias” a ellas) es innegable que no nos limitamos a jodernos entre nosotros, sino que jodemos al mundo entero. Nuestra mera existencia es una mala noticia para el resto del planeta. ¿Es el progreso y desarrollo humanos una alternativa más válida que el progreso y desarrollo de la naturaleza? ¿Ha decidido la Magna Máter relegarse discretamente a un segundo plano, otorgándonos todo el protagonismo? Bien, la respuesta es no. La Magna Mater ha abandonado su papel de creadora de vida para con nosotros y ha adoptado el de kamikaze japonés –ha decidido quitarnos de en medio a cualquier precio. Incluso poniendo como precio su propia cabeza.

                                          (Sabe que el fin está cerca)

“Se te ha ido la olla”. Si, hace tiempo ya, pero eso no influye para nada en el tema que nos ocupa. La Naturaleza no necesita de manos, armas y sed de sangre para acabar con nosotros. La Naturaleza se manifiesta en cada célula de cada ser vivo que compone su reino, incluidos nosotros. La Naturaleza lo es todo, es su propia creación. Y sabe cuando parar. La idea de que nuestra conducta y nuestras reacciones son, en esencia, impulsos naturales que se manifiestan de forma particular, se extiende también a los comportamientos autodestructivos.
Cuando las ardillas exceden la capacidad de alimento que su entorno les puede ofrecer, se producen hambrunas periódicas, con las muertes que ello conlleva. Las gaviotas vuelan mar adentro cuando llega su hora de morir. Los lemmings se tiran desde precipicios cuando llegan a la superpoblación. Y sin embargo, no son en absoluto conscientes de que se están suicidando –lo hacen porque lo consideran ¡conveniente! ¡Al uso! Por postulado biológico. Todas las especies naturales llevamos impreso cual código de barras el código ético de la naturaleza:

1º -Tu especie debe sobrevivir.

2º -Para que tu especie sobreviva, tú debes sobrevivir.

Los humanos no escapamos a esta ley. Lo demostraré con este paréntesis:
(Aquellos que proponen el seguir cada uno su propio camino buscando la autoglorificación –lo hacen buscando una mejora personal. Por otra parte, el potencial de las especies no es más que el potencial de los miembros que la forman. ¡Luego, potenciando a los miembros, estamos contribuyendo a la mejora de la especie! Ejemplos más sencillos, como la existencia de la política, el preocuparse por encontrar pareja, el afán de conocer… todos estos motivos “egoístas” responden a la necesidad colectiva de perpetuar y perfeccionar la especie. En nuestro caso, debido a nuestra condición de animal social, el progreso de uno deriva -al menos en parte- en el progreso común. Luego, si cada individuo se comporta de esta forma ¿quién se beneficia más, él o su especie?)

(¿Es necesario elegir? ¿Son tan irreconciliables como creen...?)

Ahora, sé sincero contigo mism@... Mientras leías el paréntesis, ha aparecido en ti de una forma o de otra la idea de desigualdad, ya que el progreso de unos no puede llevarse a cabo sin el sacrificio de otros. Al menos a nivel global. En nuestra sociedad, eso es cierto. ¿Lo es en otras sociedades animales? ¿Algún miembro de la manada ve frustrada su realización de forma directa (te puteo para que no llegues a la cima) por parte de los demás?



Y aquí viene la terrible verdad. Somos tan imperfectos a nivel social y tendemos tantísimo a la destrucción en dicho nivel… porque estamos diseñados para actuar así. La Naturaleza ha reconocido en nosotros a un error, y en vista de que no puede librarse de la Humanidad por las buenas lo está haciendo por las malas. Cargándonos el planeta estamos eliminándonos a nosotros mismos. No vamos contranatura –nunca hemos tomado tal rumbo. El motivo de nuestro fratricidio (a todos los niveles) es porque este no es más que un postulado biológico. Por esto dije al principio que la Naturaleza ha tomado el papel de kamikaze. No le importa sacrificarse a sí misma, dejarse matar por la especie que demostró haber cruzado la línea que no se debía cruzar, si con ello consigue acabar con el cáncer que está exterminando a la vida -y que va camino de hacer lo propio con el Universo. ¡Viva el progreso!
“¡Eso va contra el principio biológico de la supervivencia de las especies! Morirse no es bueno para llevarlo a cabo, no sé si me explico…” Cierto. Pero ¿cómo si no podemos sentir como indiferente y ajeno tal exterminio de nuestro entorno? ¿Por qué nuestra razón nos dice que es lo peor que podemos hacer a nuestra especie mientras a nuestro corazón se la trae al fresco? Si somos naturales, ¿Cómo podemos sentir comportamientos y actos “antinaturales”? ¿Por qué, a medida que nuestra organización social se hace más compleja, perdemos toda conciencia ecológica o de empatía hacia los otros? ¿Saben las gaviotas y los lemmings que van a morir? ¿Son conscientes de las consecuencias que tendrá su muerte para con la conservación de su especie?


(¿Cual fue la raíz de su frustración y su siniestro modo de señalar? ¡Progresar demasiado! ¡Oh!)

El camino evolutivo adoptado por el ser humano nunca ha sido otra cosa más que lo estipulado por las circunstancias. Hemos hecho lo que nos hemos visto obligados a hacer, lo que cualquier especie en nuestra condición hubiera hecho. Tratar de sobrevivir. A lo largo de ese camino hemos tomado consciencia de nuestro potencial. Hemos interpretado (a nuestro modo) el mundo que nos rodea, y nuestra relación con la Naturaleza. Nuestro desarrollo ha llegado a un nivel tal que es incompatible con las leyes naturales. Sencillamente, el planeta no da abasto. El progreso tecnológico e industrial va matando a nuestra pecera con cada día que pasa. Nosotros mismos no damos abasto para nosotros mismos. Las envidias, las conjuras, el racismo, el fascismo, el Sálvame Deluxe... todo para levantar el estandarte del fratricidio y hacer que nos matemos entre nosotros. El poder de la economía cubre los dos ámbitos de destrucción.
Nuestra técnica, nuestras armas, nuestra ciencia, nuestro pensamiento… todas las maravillas que consideramos como tales palidecen ante la evidencia de que hemos seguido un camino orientado hacia el cataclismo de la especie. Hoy día lo estamos respirando. Todo lo que hacemos movidos por el convencimiento de ser "lo que viene al uso para nuestro progreso" es un muy bien diseñado proceso de desaparición.
Nuestro constante empeño en calificarnos de “antinaturales” ha resultado no ser una fantasía, en última instancia… Y es la misma Naturaleza que nos dio la vida la que ha comprendido que somos un fallo de su creación. “El hombre es un lobo para el hombre”, decía Hobbes. Qué razón llevaba el tío.

Sintetizando: que hemos perdido el contacto con las leyes de la Naturaleza. Estamos jugando a ser superiores a ella, y de momento vamos bien. Pero el día que la cuerda se rompa, caeremos sin remisión por el precipio –y da igual lo que hagamos, nunca podremos emanciparnos de dicha cuerda. El plomo de nuestro pescado, los pesticidas de nuestras verduras, la mierda de nuestra carne y el veneno de nuestro agua y nuestro aire así lo confirma.



Si bien es cierto que este cuento macabro no es más que una teoría, no hay estudios científicos y/o sociológicos "serios" que lo refuten, así como que lo avalen. Hay que fastidiarse; de momento la única vía que cabe es la especulación basada en la observación.
Sin embargo, el individuo en sí no quiere desaparecer. El individuo en sí siente que puede existir sin estar abocado a la destrucción. Una idea se abre camino en mi mente turbada. No todo está perdido…

5 comentarios:

  1. Me alegro muchísimo que te haya servido de inspiración mi entrada :)

    ResponderEliminar
  2. Ante tu reflexión me vienen varias preguntas que formularte:

    Has dicho que, como especie, los humanos hemos hecho únicamente lo que tenemos que hacer: sobrevivir. ¿Quizá lo hayamos hecho demasiado bien?¿Quizá la naturaleza no está preparada para una especie que lleve a cabo tan a rajatabla lo que ella dicta? Porque estoy dando por hecho que el hecho de que personalices a la naturaleza es una forma de expresarte. En cualquier caso, ¿por qué crees que tenemos esas normas dentro de este mundo, a caso tenemos alguna misión o función dentro del universo?

    Por otra parte, has mencionado que el que llevamos es el camino hacia la autodestrucción. Si es así, ¿debemos tomar otro camino?¿O debemos aceptar el suicidio colectivo de la especie para no destruir la naturaleza? Y ya que viene al caso, ¿crees que la naturaleza puede equivocarse dentro de este universo de leyes físicas y matemática perfectas?

    Por último solo comentar que me ha gustado bastante la reflexión.

    Un abrazo,
    Jose ;)

    ResponderEliminar
  3. La supervivencia es un tema complejo.
    Las especies tienen como objetivo mirar por su propio interés, sí. Sin embargo, la Naturaleza (uso la personificación para que esto sea fácil de entender, sí. No es un ente personal.) ha dispuesto que los actos de cada especie para sobrevivir tengan consecuencias en su entorno y en el resto de especies, para bien o para mal. Porque la supervivencia de la especie es el máximo objetivo… DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA ESPECIE. La especie está dominada por la Naturaleza, Y EL PUNTO DE VISTA DE LA NATURALEZA (obviamente superior) ES PERPETUAR EL “CONJUNTO TOTAL DE LA VIDA” (toda la reacción que es la vida), NO PERPETUAR SOLAMENTE A “CIERTA MANIFESTACIÓN CONCRETA DE LA VIDA” (tal o cual especie, pequeña forma de expresión de la reacción que es la vida.)

    El conjunto de actos de todos los seres vivos para perpetuarse a sí mismos y a sus especies en el tiempo es lo que hace que la vida se mantenga y siga. Independientemente de si los seres vivos son conscientes del verdadero motivo oculto tras sus actos. No es que los actos, por sí mismos, “digan: voy a contribuir a la perpetuación del conjunto total de la vida.” Sino que la relación entre tales actos es lo que hace que tal conjunto se perpetúe.

    El problema de la especie humana es que se ha aislado de la Naturaleza. Ha provocado que los actos de su supervivencia no estén integrados con el conjunto vital. Esto hace que la supervivencia del ser humano sea parasitaria y perjudicial para la naturaleza. El ser humano, al ser capaz de comprender (¿¿lo es??) los rudimentos de su ser y de la Naturaleza “ha tomado demasiada conciencia de sí mismo en detrimento total de la Naturaleza”. Sintiéndose por encima de la Naturaleza, o como un elemento aparte a esta (antinatural), ha acabado obrando del modo que he descrito. Esto es, ciertamente, un “error” de la Naturaleza. ¿O somos nosotros quienes lo tomamos por error? ¿Podría ser simplemente el rumbo natural de esa reacción química que es la vida?

    Esto me plantea otra cuestión. ¿Vida es lo mismo que Naturaleza? La Naturaleza no se limita solo a lo vivo, sino a todo lo que existe… Tengo que redefinir ambos conceptos. Cada vez que he hablado de Naturaleza, he hecho referencia a la Naturaleza “viva”. La de nuestro planeta.

    ¿Por qué las normas? La vida obedece a las leyes de la materia y la energía. Estas, a su vez, obedecen a las leyes físicas. Estas leyes son las que hacen funcionar al Universo, pero el Universo está por encima de ellas. Si el Universo no existiese, ellas tampoco. El Universo, al existir, obedece al fundamento de la existencia. ¿Qué cual es ese fundamento, y de qué índole?

    Pregúntale a Dios. A fin de cuentas, desde el punto de vista científico, “eso” ES Dios.

    ResponderEliminar
  4. Contestando a tu segundo párrafo: he de recordarte que mi TCA (Teoría del Camino hacia el Apocalipsis) es sólo eso, una teoría. Si no fuese verdad, acabaríamos enderezándonos por nosotros mismos (no sé a qué precio…). Si fuese verdad, sería irremisible tal camino. Somos parte de la Naturaleza viva, no podemos luchar contra nuestra propia esencia.

    Pero si min teoría fuese verdad, y la especie humana tomara conciencia de ello y cambiase su modo de obrar para burlar la extinción y reintegrarse en la Naturaleza viva… entonces, nos habríamos ganado el título de Milagro de la Naturaleza. ¡Una Ley entera, un camino entero, modificada por una cierta expresión menor de tal Ley-Camino! ¡La Naturaleza viva (y la Naturaleza “a secas”, en general) habría creado a una manifestación de sí misma que, pese a compartir su esencia, PUEDE HACER QUE TOME OTRO RUMBO DE ACUERDO A SU INTERÉS! ¡Esta SÍ que es la expresión máxima del poder de la especie humana!

    Pero entonces… ¿este hecho no demostraría que, en última instancia, la TCA era falsa y que conseguimos restablecernos por impulso natural? Todo lo que somos (no lo que creemos ser) es Naturaleza… ¿habría actuado esta de titiritero una vez más?

    La Naturaleza no acierta ni se equivoca. La perfección y la imperfección no existen. Acierto y error, perfección e imperfección, son percepciones humanas. La Naturaleza, simplemente, sigue su Camino. “La Naturaleza es eterna porque no tiene conciencia de sí misma”.

    No corresponde a la especie humana (y obviamente a mi tampoco) decir si la Naturaleza erra o no.

    (Adivina de quién es la frase entrecomillada. ¡Sí! De nuestro chino favorito ;D )

    ResponderEliminar
  5. Pues antes de leer de quién era te iba a comentar que me gustaba bastante esa frase xD.

    Bueno, si somos capaces de lo peor y estar al borde del abismo de la autodestrucción, ¿quién nos dice que no somos capaces de corregirnos y salvarnos en un arrebato de autocontrol, disciplina y desarrollo?

    Creo que aún me queda algo de fe en el ser humano...

    ResponderEliminar